DEMUESTRE SU VALENTÍA, PRESIDENTE CHÁVEZ

DANIEL ROMERO PERNALETE

Ahora quiere usted salvar al mundo, Presidente Chávez. Se la ha jurado a los Estados Unidos. Quiere poner de rodillas al imperialismo. Cualquier escenario parece bueno para sus valentonadas. Sobre todo cuando el aplauso prepagado lo excita. Su arrojo no pasa de ser un gesto sin impacto y sin riesgo. Bien podría usted, Presidente, demostrar su valentía con actos más concretos. Menos dramáticos.

Por ejemplo, demuestre su valentía haciendo respetar el Artículo 296 de la Constitución. El que señala que el Consejo Nacional Electoral debe ser designado por la Asamblea Nacional. Con la anuencia de las dos terceras partes de sus integrantes. Y con amplia participación de la sociedad civil.¿A qué le teme? ¿A que se escoja un árbitro electoral imparcial? ¿A que se minimicen las posibilidades de manejo fraudulento de los procesos electorales por venir? Eso de ir dar una pelea con un árbitro a favor no parece cosa de valientes. Y fíjese que se le pide muy poco: que cumpla con la Constitución. Con ese librito azul que siempre carga encima.

Demuestre su valor, Presidente, poniendo en la calle a los presos por delitos de conciencia. Y suspendiendo la persecución contra militares, políticos y periodistas disidentes. Es decir, respetando el Artículo 57 de la Constitución Nacional. Ese que garantiza la libre expresión de pensamientos, ideas y opiniones. ¿O tiene usted miedo? ¿Miedo de que la gente lo desnude? Eso de enfrentar a un adversario amordazado y maniatado no es conducta de valientes. Y tampoco se le está exigiendo mucho, Presidente. Simplemente que se ajuste a la Constitución que usted mismo promovió.

Demuestre su bravura, Presidente, restituyendo la legitimidad del Tribunal Supremo de Justicia, cuya Ley Orgánica fue modificada a capricho de la mayoría oficialista en la Asamblea Nacional. A pesar de que según el Artículo 203 de la Constitución, tal cosa sólo puede ser hecha con la aprobación de las dos terceras partes del máximo órgano legislativo. La violación de la norma constitucional tuvo clara intención: invadir el TSJ con una manada de incondicionales. Es muy fácil enfrentar al otro cuando se controlan los hilos de la administración de justicia. Cuando el más alto órgano de apelación está echado a sus pies. Y, de nuevo, fíjese que lo único que se le demanda es obediencia a la Constitución. Nada del otro mundo

Demuestre su coraje, Presidente, devolviendo a la FAN su carácter institucional. Despolitizándola. Despartidizándola, mejor dicho. Poniéndola al servicio de la Nación y no de su persona o su proyecto. Como lo manda la Constitución Nacional en su Artículo 328. Y respetando méritos y carreras. ¿O no se atreve? ¿Teme que la institucionalidad lo arrolle? ¿Le asusta que la dignidad le pase por encima? Para usted es más conveniente tener una FAN amaestrada. Domesticada. Castrada en el sentido más literal del término.¿O no, Presidente? Observe que, otra vez, sólo se le solicita apego a la Constitución.

Demuestre su intrepidez, Presidente, respetando la independencia del Poder Ciudadano. Tal como lo establece el Artículo 273 de la Constitución. Y colocando gente seria al frente en sus diferentes órganos. Haga a un lado las mascotas. Permita que se nombre un Fiscal serio. Un Contralor que justifique su sueldo. Un Defensor del Pueblo que dé señales de vida. Gente que pueda desempeñar las responsabilidades que la Constitución les asigna. Como eso de prevenir, investigar y sancionar actos contrarios a la ética pública y la moral administrativa. O aquello de velar por la buena gestión y legalidad en el manejo del patrimonio público. Tal y como expresamente lo dice la mil veces citada Constitución Nacional en su Artículo 274. ¿O le da pavor el escrutinio cotidiano? Es más sencillo obrar políticamente sin veedores, ¿no es cierto? Rodeado de cómplices. Eso no dice mucho de su valentía, Presidente ¿Es que le resulta muy difícil someterse a la Carta Magna?

No me venga, Presidente, con aquello de que esas cosas no son asunto suyo porque los poderes dizque son independientes. Esa no se la compro. Allá arriba se hace su voluntad. Usted lo sabe y hasta alardea de ello. Una orden suya bastaría. Claro, para eso tendría usted que tener bien puestas algo más que las botas. Eso es más arriesgado que vociferar contra el imperialismo. Para cualquier perrito faldero es más cómodo ladrarle a la luna que enfrentarse al mastín del vecino.

Respetar la Constitución es lo que se le exige, Presidente. No es un simple antojo. Es que el Artículo 31 lo obliga. El que establece que toda persona tiene el deber de cumplir con la Constitución y las leyes. Usted, más que nadie estaría atado a ese compromiso. Lo juró cuando asumió el cargo. Ahora, Dios y la Patria se lo demandan. .. De pasada le recuerdo que esa misma Constitución contiene un artículo, el 350, que autoriza al pueblo a desconocer cualquier régimen o autoridad que la ignore. Por si le interesa, Presidente.

18.08.05

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