MADURO EN "JARBAR" (O EL SUEÑO DE NICLASITO)


Por: Daniel Romero Pernalete 

 


 

Hola, Nicolasito. Ayer vi una pequeña (por suerte) parte de la entrevista que te hicieron Vladimir y el otro calvo. Una en la que le dabas a tu padre el título de “Mago de la Economía” (perdónalo, Mandrake, que no sabe lo que dice)... Superado el desagradable impacto, me quedé pensando si estabas "volando" sin tener alas (se entiende, ¿verdad?), si buceabas en el extenso y profundo mar de tu ignorancia o si simplemente chapoteabas en la pútrida cloaca de tu cinismo. 

 

De esa duda salté a otra: ¿esa estolidez, que no te esfuerzas en ocultar, es heredada o aprendida?... Si la heredaste, fue de tu padre, sin dudas. Si la aprendiste, también fue de él. Ni modo. 

 

Sin embargo, tu respuesta me puso a pensar, y después de dorar las costillas por todos lados concluí que en parte tienes razón. Hay que ser un mago para convertir un país rico en un pobre país (o en un país de pobres) en una década apenas. Hay que ser mago para quitarle 11 ceros al bolívar (aparte de los tres que ya le había quitado el fundador del caos) y no morir en el intento. Hay que ser un mago para llevar a un país a la cima de las estadísticas de inflación y a la sima de las estadísticas de desarrollo (hasta Haití nos dejó atrás). Hay que ser un mago para hacer que siete millones de venezolanos abandonaran su terruño contra todo riesgo. En cierta forma, tu padre es un mago que todo lo que toca lo convierte en caca (¡Qué cacada!). 

 

También me enteré que propones a tu progenitor para que espolvoree sus conocimientos en Harvard (o Jarbar, cono tú dices). Te sugiero títulos para algunas conferencias: “Como acabar con la educación matando de hambre a los maestros”, “Como hacer que los viejitos vivan con 7 dólares al mes”, “Cómo inventar una guerra económica y perderla”, “Cómo hacer el ridículo sin ruborizarse”... y un asqueroso etcétera. 

 

Te advierto, sin embargo, que va a ser muy difícil que tu padre vaya a Harvard. Si la DEA le echa el guante, no se va a escapar por muy mago que sea. ¡Ni que fuera Houdini! 

 

Sin embargo, te propongo una opción que te permita realizar tu sueño de ver a tu padre disertando en “Jarbar”. En Viña del Mar (en Culiacán hay otro, pero a la tierra del Chapo mejor no mencionarla), hay un pequeño bebedero con ese nombre (anexo foto) donde más de un borrachín podría darse un baño de inepcia con la ignorancia redonda y sin mácula de tu progenitor. 

 

De nada, Colachito. 

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