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Showing posts from December, 2006

Su Majestad Hugo I

Daniel Romero Pernalete Monarca, Rey, Emperador o Zar. En eso, de hecho, quiere convertirse Hugo Chávez, promotor del Socialismo del Siglo XXI, esa horrible mezcolanza de marxismo, cristianismo, bolivarianismo, fundamentalismo, caudillismo e idiotismo que empuja a Venezuela hacia los más oscuros vericuetos de la historia universal. Debajo de los brochazos ideológicos, históricos y religiosos del socialismo chavista, hay un núcleo esencial profundamente reaccionario: una estructura monárquica y absolutista de la peor especie. Socialismo monárquico, podríamos denominar al engendro político que propicia Hugo Chávez. La monarquía suele definirse como una forma de gobierno en la que el poder supremo se concentra con carácter vitalicio en una sola persona. Su forma más retrógrada es la monarquía absoluta, en la cual el soberano es a la vez cabeza del gobierno, principal órgano legislativo y vértice del poder judicial. Empecemos por lo último. Chávez es hoy, contraviniendo la Constitución

Chávez adicto

Daniel Romero Pernalete Hugo Chávez, no hay dudas, es adicto al poder. El poder lo estimula, lo energiza, lo erotiza. Como todo adicto, Chávez necesita dosis cada vez mayores de poder. Y los arrebatos que éste le produce son cada día más patéticos. Su adicción al poder, como cualquier otra, deforma sus percepciones, perturba sus emociones, enturbia su discernimiento. El apoyo trampeado que permitió su reelección, le ha llenado de una soberbia asfixiante y pastosa. Desde su cómoda irresponsabilidad ha escupido, en cadena nacional, los egos adulantes de vicepresidentes y ministros. Ha fustigado su ineficiencia, como si estuvieran allí por alguna voluntad que no fuera la suya. Como si él estuviera por encima de la ineptitud de sus sirvientes. Desde su empapelada ignorancia ha irrespetado a algunas figuras fundamentales de nuestra vida republicana. Como si la victoria electoral le hubiera convertido en árbitro supremo de la historia. Ahora se ha dedicado a sembrar discordias hasta entre l

Lo votado no quita lo patán

Daniel Romero Pernalete Chávez necesitaba un barniz democrático y lo consiguió. Por ahí anda ahora, trajeado con la legitimidad que le otorga su victoria electoral. Para tales efectos, no importa si su triunfo se basó en el chantaje, la limosna y el terror. Ni importa si es el resultado de ocho años de recurrentes trapacerías electorales. Mucho analista político ha sacado a relucir sus mejores tintas para predecir el pasado, para pronosticar lo que ya sucedió. Y más de un dirigente opositor ha hecho gala de su verbo más caro para despellejar al vecino. Esto es hasta cierto punto comprensible en situaciones en las que nadie quiere cargar el muerto pero todos creen saber quien lo mató Más difícil es entender la actitud de algunos sectores del país que esperan del Chávez reelecto rectificaciones que nunca vendrán. Como si el hecho de haber ganado unas elecciones fuera a cambiar el talante o el talento del personaje. Piden magnanimidad a un hombre que la conoce de oídas. Piden amplitud de

Tarea para mañana

Daniel Romero Pernalete Toda batalla perdida desconcierta, individual y colectivamente. Una reacción primaria es negar el suceso. Otra reacción común es hallar y desollar culpables. La tercera es sentarse a rumiar desesperanza. Ninguna de las tres conduce a nada. Las tres paralizan, bloquean posibilidades. Sería necio, por ejemplo, negar la victoria del chavismo, sea cual sea su verdadera dimensión. Hacerlo, sería desconocer la tarea que tenemos por delante quienes creemos que el país no va por el camino correcto. Sería también cerrarle la puerta a la autocrítica, para corregir errores y enderezar rumbos. Sería mezquino, por otra parte, encender hogueras para quienes dirigieron el proceso, para quienes asumieron el reto de encabezar la lucha contra un régimen arbitrario e inescrupuloso. Es injusto el insulto contra quienes en pocas semanas descongelaron el ánimo de millones de venezolanos. Sería cómodo, por último, asumir el desencanto como norma de vida. Sentarse a esperar pacientem