El menú que otros preparan
Por Daniel Romero Pernalete Los partidos políticos venezolanos cargan con la culpa de cualquier cosa. Se les acusa de pavimentar la vía que nos condujo a Chávez. De secuestrar el derecho de los ciudadanos a decidir. De pervertir la política. De espantar los sueños y ahuyentar a la gente. Casi todo el mundo se cree con derecho a lapidarlos. Se les enjuicia por los pecados que han cometido y por los que no. Es casi un deporte que se practica en cualquier medio. Despotricar de ellos como que da caché. La historia, sin embargo, ha ratificado una y otra vez que sin partidos políticos fuertes la democracia no pasa de ser una mera ficción. Al emitir juicios contra los partidos políticos se comete con frecuencia un error de percepción. Se iguala el papel de las organizaciones partidistas con la actuación de algunos de sus dirigentes. Se confunde la torpeza del jinete con la naturaleza de la cabalgadura. En efecto, muchos dirigentes de nuestros partidos han cometido errores. Errare humanum est ...