El strip-tease de Chávez

Daniel Romero Pernalete

Venezuela y el mundo presenciaron hace unos días un interesante espectáculo de strip-tease político. Fue el lunes 8 de enero. El escenario: el teatro Teresa Carreño. La vedette: el tipo ese que mis compatriotas reeligieron como presidente. La ocasión: la juramentación del rebaño de nulidades que conforman el nuevo gabinete.

Como cualquier stripper, estimulado por los aplausos del público, el tipo se fue quitando su atuendo personal y político, prenda por prenda, hasta quedar en cueros. Desnudito en su desquiciamiento. En su falsedad. En su incultura.

El tipo alcanzó el clímax con el atropello verbal al Secretario General de la OEA. Pendejo, lo llamó. Pendejo, de la “p” a la “o”, subrayó, para destacar el volumen y el peso del insulto. ¡Cuanta bajeza cabe en noventa kilos de adiposidades! ¡Cuanta ruindad puede ocultarse detrás de un chaleco antibalas!

Si uno examina el desarrollo del show, podrá percibir el raquitismo moral e intelectual del protagonista.

En el lapso de dos horas, por ejemplo, el tipo se declaró explícitamente marxista, trotskista, socialista, comunista, bolivariano y católico… Todo un desorden ideológico propio de un buhonero de la política. O más precisamente, de un atarantado, de la “a” a la “o”.

Ante la natural inquietud de la Conferencia Episcopal Venezolana por el contenido del Socialismo del Siglo XXI, el tipo mandó a los obispos a que leyeran a Marx. El tipo no se ha enterado que el viejo Marx se limitó a desentrañar la esencia del capitalismo y nunca se ocupó de diseñar modelos… El tipo demostró que es un ignorante, de la “i” a la “e”.

Remedando a cualquier vieja indiscreta y chismosa, el tipo disfrutó haciendo públicas ciertas intimidades de algún sorprendido ex-ministro. Y revelando conversaciones privadas con algún alto prelado… El tipo confirmó que no es confiable ni como persona. Es un vulgar deslenguado, de la “d” a la “o”.

En un acto de urticante narcisismo, el tipo se inventó cuentos de arrojo y rebeldía de sus tiempos de mozo. Cuentos donde involucraba al vicepresidente despedido. La mirada punzopenetrante de José Vicente Rangel delataba la mentira. Parecía decirle, sin palabras, embustero… de la “e” a la “o”.

El tipo aderezó su insulto al Secretario General de la OEA pidiendo respeto para la soberanía de Venezuela. Pero quien lo dice se ha cansado de involucrarse descaradamente en los asuntos de otros países… El tipo se dibujó como un perfecto hipócrita, de la “h” a la “a”.

Con la irrespetuosa y cínica imitación del ex-presidente Luis Herrera Campins, hecha para arrancar las ridículas risas del domesticado auditorio, el tipo ratificó que en el fondo es sólo un bufón de medio pelo. Un payaso, de la “p” a la “o”

Con las instrucciones que públicamente dio a su gabinete en materia de nacionalizaciones, de amordazamiento de los medios de comunicación, de dogmatización de la educación, de domesticación del Banco Central, de partidización de la Fuerza Armada, el tipo se devela como un tiranuelo, de la ”t” a la “o”.

Al final del evento el tipo se quedó en el escenario despojado de toda vestimenta. Sin taparrabos personal. Si una hojita de parra política. Con sus palabras, con sus gestos, con su conducta, el tipo dejó ver su marca de fábrica, su enanismo moral, sus vacíos intelectuales, sus debilidades emocionales.

El tipo es, en síntesis, todo un patán… ¡de la “p” a la “n”!

Comments

Anonymous said…
Keep up the good work.

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