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Showing posts from June, 2006

No es lo mismo...

Daniel Romero Pernalete El engaño es arma de uso cotidiano en los regímenes autoritarios. La manipulación de conceptos enturbia la visión. Aturde y desorienta. Facilita el control social. Hugo Chávez y sus sacristanes lo saben. Patria, solidaridad, democracia, soberanía, justicia, integración… son conceptos que el discurso chavista ha mistificado. Para justificar sus propósitos. Para embaucar ingenuos. Una cosa es la patria y otra distinta es el proyecto personalista y obsoleto de Hugo Chávez. No es lo mismo arriesgar el pellejo por aquélla que jugarse la vida por el último. Por eso no entusiasman las guerras asimétricas que Chávez estimula. Son sus guerras. No las nuestras. Una cosa es la solidaridad con los pueblos del mundo y otra distinta la complicidad entre sus gobernantes. Chávez no es solidario con el pueblo cubano: es socio de Castro. Chávez no es amigo del pueblo nicaragüense: es cómplice del sandinismo. Chávez no es benefactor del pueblo boliviano: es amo de Morales. Una

Sin Chávez y sin chavismo

Daniel Romero Pernalete La conducta alocada de Hugo Chávez le ha ganado ojeriza entre sus propias huestes. El rechazo internacional y el descontento endógeno alimentan la tirria contra el Cacique. El chavismo sin Chávez ha empezado a dar pataditas en el vientre del oficialismo. Para quien personalice su indignación, un chavismo sin Chávez puede parecer una opción deseable. De bajo costo económico y social. No suscribo esa alternativa. Quienes le tejen la mortaja a Chávez son de su misma estirpe. Nacieron bajo su sombra y se amamantaron de sus desquiciamientos. El chavismo no es la simple identificación emocional con un líder carismático. El chavismo se ha convertido en otra cosa. En una subcultura nacional perversa. En una forma de malinterpretar el mundo. Una manera viciosa de ejercer la política. Un modo de malvivir la vida. Con o sin Chávez Ser chavista es creerse con el derecho a conectar las agallas a las arcas del estado. A través de las numerosos canales de la corrupción, para

Que los perdone Dios

Daniel Romero Pernalete La pesadilla en Venezuela tendrá fin. Tarde o temprano. De una u otra forma. Cuando tal cosa ocurra, algo hay que hacer con la banda de truhanes que hoy maneja los asuntos públicos. No faltará quien piense que, llegado el momento, hay que olvidar agravios y empezar de nuevo. No me cuento entre ellos Algunos dirigentes de oposición, para hacerse simpáticos, andan repartiendo perdones por adelantado. Es algo así como dar licencia al chavismo para que robe, mate, atropelle, abuse… porque a la hora del juicio las deudas serán condonadas. Soy de otro parecer, talvez menos cristiano. Sería injusto que mañana conviva la opulencia de los ladrones de hoy con la miseria de los pobres de siempre. Las panzas de nuevo cuño con el hambre de toda una vida. El producto del pillaje con el resultado del engaño… Los desfalcadores del tesoro público no pueden ser perdonados. Será difícil estrechar las manos que han ensangrentado el país. Que aprietan gatillos asesinos o proveen exc

Chávez el corsario

Daniel Romero Pernalete Es capitán y timonel de ese barco pirata que se llama chavismo. Comanda un buque armado de billetes. De muchos dólares, con los que pretende sojuzgar territorios y lugareños. Es Hugo Chávez el corsario. Chávez es un corsario que perdona vidas a cambio de sumisión. Un filibustero que decapita a quienes se rebelan. Ha conseguido lealtades de antiguos enemigos a cambio de la supervivencia política. Colecciona cabezas de aliados de otros tiempos, a manera de escarmiento. Dedicados a la maniobra y servicio de ese barco pirata, se encuentra una variopinta tripulación. Seccionada en varios estamentos, piramidalmente dispuestos. Con perfiles y mañas bien definidos Los piratas originarios hacen el primer estrato. Lo constituyen el combo de militares y civiles que conspiraron con Chávez y se encomendaron a él. Con obscena picardía aprendieron a manejar las debilidades y trastornos del capitán. Se consideran con derecho a tomar parte del botín. De allí han salido las nuli

Los trastornos de Chávez

Daniel Romero Pernalete Uno lleva consigo, común y regularmente, sus dos o tres complejos. Se mantiene, no obstante, dentro de los límites de la normalidad. Cosa distinta ocurre cuando esos trastornos son gruesos y vienen en racimos. Y sobre todo cuando el portador tiene púlpito y creyentes. Hugo Chávez, por ejemplo, es un dañoso compendio de complejos. Una intoxicante colección de trastornos. Payasadas, arrebatos, alucinaciones y loqueteras presidenciales parecen provenir una personalidad descompuesta. Veamos. El Complejo de Aquiles es el intento de ocultar la propia debilidad tras la apariencia de invulnerabilidad y de heroísmo. El Chávez bravucón y todopoderoso que desafía al imperio, ¿no es el mismo que se entregó mansito en febrero del 92? ¿El que moqueó de lo lindo en abril del 2002? ¿El que se asusta cuando alguna viejita burla el anillo de seguridad? El Complejo de Creso se expresa en la búsqueda enfermiza de superioridad por medio del derroche de dinero y las dádivas generosas